C. B. Macpherson

La explicación de C. B. Macpherson de la vida política consiste en el análisis de las relaciones que la forman, así como su comportamiento basado en las capacidades que hacen diferente al hombre de los animales. Por lo tanto, Macpherson encontrará la razón política en el contenido histórico de la sociedad de una etapa concreta de su desarrollo que moldea al hombre dentro de su mismo contexto. Aunque las características del ser humano sean universales, el análisis de acuerdo a ésta teoría no podrá ser aplicable de la misma manera. Con esto creamos dos supuestos:

     

  1. Pretendemos aplicar a sociedades anteriores criterios actuales.

     

  2. Las características del ser humano se consideran entonces como inalterables.

Estos dos supuestos condicionan los métodos de análisis y por lo tanto sus resultados, ya que una forma de entender el pensamiento político consiste en interpretarlo en función de sus consecuencias y repercusiones históricas. Pero a medida que va cambiando el contexto social los supuestos van cambiando y necesitan ser revisados a fin de iluminar claramente la realidad social. Este cambio ha sido determinado fundamentalmente por el orden económico que ha regido al reordenamiento político después de la segunda guerra mundial a tal grado, que los conceptos de libertad, igualdad y racionalidad han sido modificados para dar respuesta y respaldo a los intereses macroeconómicos. Entonces la fuerza de una teoría se sustenta en la capacidad de penetrar la estructura política y económica de la época, es por esta razón que Macpherson propone que la mejor teoría política será aquella que mejor describa su época, ya que no existe ningún conflicto entre la historia y la filosofía puesto que ambas se conjuntan y se complementan. Sin embargo, Macpherson menciona que aún dentro de esta evolución histórica y social, el hombre es el único con capacidad de decisión y elección por lo que no debe ser utilizado como medio por intereses ajenos a los naturales inherentes de su existencia. El hombre debe ser dirigido por su libre albedrío y no por el dictado de otra persona, de lo contrario su libertad se verá limitada por sí mismo y por su entorno.

Pero las facultades del ser humano van más allá de los buenos deseos de convivencia, puesto que también existen los deseos de dominación y con ellos la mentira, el engaño y la manipulación que según Macpherson no son inherentes a la existencia del hombre y por lo tanto no son humanas. Podemos considerar entonces que el hombre es bueno por naturaleza, las sociedades lo corrompen. Tenemos como consecuencia que el ser humano debe atender a necesidades creadas y naturales con el complicado juego de la calificación personal, en el cual los intereses particulares y después de grupo son los que determinan esta calificación. Todo ser humano tiene el derecho a desarrollar aquellas capacidades que mejor le convengan, aunque estas sean no naturales y la sociedad en la que sean aceptadas podrá ser calificada entonces como democrática. Pero la democracia no se refiere exclusivamente al tipo de gobierno sino a una sociedad determinada, que entre más permita el desarrollo de las cualidades de sus miembros más democrática será. Macpherson cualifica el poder de un hombre en función del ejercicio de sus capacidades humanas de creación y no de dominación.

Estas condicionantes son de origen social y Macpherson las ubica en tres tipos:

     

  1. Falta de medios adecuados, que los relaciona directamente con los medios materiales indispensables de subsistencia.

     

  2. Falta de acceso a los medios de trabajo, que es consecuencia de la primera donde el desarrollo de las capacidades es limitado por la falta de materiales y recursos.

     

  3. Falta de protección por no proteger al individuo de la intromisión de los demás para el desarrollo de sus capacidades.

El desarrollo de las sociedades actuales ha motivado el dominio de los intereses capitalistas –con lo que se demuestra lo enunciado al inicio de esta análisis de la teoría de Macpherson- que producen el desarrollo y el impedimento de las capacidades humanas de acuerdo a las necesidades específicas en cada sector social, dejando sin importancia las cualidades potenciales naturales del hombre. Estas relaciones en los medios de producción ocasionan relaciones que implican el desarrollo de las capacidades propias así como el poder de obtener beneficios por extraer las capacidades de otros donde ambas se convierten en una mercancía dentro del proceso económico mundial. En todo este proceso la propiedad privada se coloca como el producto directo de la explotación de las capacidades propias y de otros, aunque sea una relación coercitiva puesto que limita las expectativas de creación del individuo mientras que aquel que explota las capacidades de otros, buscará en toda medida acotar estas expectativas a su interés personal.

Estas relaciones de poder, limitativas y coercitivas pero democráticas, distribuyen obligaciones y derechos acotados por todo el poder del Estado el cual se ha hecho dueño monopólico del poder y la regulación de todas sus implicaciones, ya sea por medio de la violencia, de la propiedad o la explotación. El concepto de propiedad ha cambiado de acuerdo a las etapas históricas por las cuales el ser humano ha transitado. Macpherson indica el siglo XVII como el inicio del concepto de propiedad, cuando este era aplicado tanto a las personas y todo lo que estas representaban, es decir, su vida, sus bienes, sus derechos, capacidades y libertades. Una característica del concepto de propiedad en este siglo es que los dueños del poder tenían la capacidad de coartar el derecho de usar o disfrutar de algún bien así como el derecho de no ser excluidos del uso y disfrute de los mismos bienes por lo que el derecho a la propiedad se transformó a la par de la facultad de decidir sobre el fin temporal o permanente de algún bien o incluso personas. Por medio de esta justificación, los medios de producción se convirtieron en la forma de adueñarse de las capacidades de otros para explotarlas en beneficio propio.

Encontramos aquí el concepto de individualismo, donde la libertad individual de pensamiento se transforma de un derecho a una herramienta de organización social, calificando a la sociedad como liberal entendida como "el derecho de cada individuo a elegir sus propios fines que afecten su vida". El concepto de liberalismo comprende varios factores que implican la formación de las sociedades:

     

  1. La libertad del hombre representa la liberación de la dependencia de los demás para tomar sus propias decisiones.

     

  2. Como consecuencia de lo anterior, el ser humano no tendrá más obligaciones que las que se contrate por su propio interés.

     

  3. El individuo es dueño de sus capacidades y su persona, por lo que no debe nada a la sociedad.

     

  4. Puede arrendar sus capacidades, pero no su persona.

     

  5. Las sociedades humanas se rigen por las relaciones de mercado, donde el ser humano busca sacar el mejor beneficio de sus capacidades y el explotador busca el mejor beneficio de las capacidades de los otros al menor costo.

     

  6. Las libertades del ser humano solo podrán ser limitadas cuando se limiten por igual las libertades de los demás buscando el beneficio común.

     

  7. Las sociedades políticas son una consecuencia de la regulación de las relaciones entre los individuos que la forman, para asegurar el intercambio entre mercancías y asegurar el proceso de creación de la propiedad que es la base del desarrollo humano capitalista.

Pero la democracia tiene sus incongruencias de acuerdo a la teoría de Macpherson. Si se hubiera aceptado en su pleno concepto de igualdad y libertad, la democracia misma superaría la existencia del Estado y este proceso nos llevaría muy posiblemente a la anarquía. Por esto, la democracia tuvo que ser acotada y las libertades del ser humano limitadas y restringidas por la capacidad de violencia del Estado, para garantizar la existencia del mismo. Tenemos entonces que la democracia pasa de ser una igualdad de derechos inherentes a la existencia del ser humano, a ser la libertad de competencia del individuo en una sociedad liberal y controlada por un Estado. La relación entre liberalismo y democracia tuvo lugar a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX con la caída de los estados feudales que privaban al individuo de la esencia misma de libertad natural. En primera instancia, la libertad democrática pretendía limitar el poder monárquico y garantizar a la vez la participación política de la sociedad. El producto de esta teoría fue la creación de las élites que gobernaron a una sociedad apática y carente de objetivos positivos.

Para Macpherson, la democracia es un sistema piramidal donde cada peldaño tiene un órgano de gobierno autónomo cuyos gobernantes están sujetos a la determinación de los gobernados. Esta complejidad obliga a la creación de estructuras políticas que regulen las relaciones de poder, dando cauce a la inquietud del ser humano de obtener beneficios de las capacidades de otros explotando las capacidades de dominación propias. El resultado buscado es crear una forma de gobierno y una estructura política que garantice un cambio favoreciendo la participación política de la sociedad. En contraste con esta filosofía occidental, los Estados comunistas quedan al margen de cualquier posibilidad de justificación política puesto que su existencia conlleva un Estado excluyente y limitativo de las libertades humanas.

La filosofía política tiene un origen histórico consecutivo aunque Macpherson lo acote a cada época de la sociedad. La historia demuestra que el valor del individuo ha sido la aportación primordial en cualquier cambio, ha provocado reformas en todo gobierno afectando la vida política y social del hombre dando prioridad al desarrollo económico, ya que en un Estado capitalista como es el caso de la teoría de Macpherson, el objetivo es maximizar las utilidades y capacidades del individuo al servicio de los intereses económicos.